Esta cocina de estilo nórdico resulta de lo más atractiva gracias a la combinación de los colores negro (en la encimera y aparador) y blanco (en las paredes), a los que aporta un toque cálido y elegante una gran península anclada a la pared lateral de ladrillo. La altura de los techos (de 6 metros) potenciada por el color blanco hace que esta combinación cromática no resulte oscura, sino todo lo contrario, amplia y luminosa, algo fácil de conseguir dadas sus dimensiones. El contraste lo aporta el aparador negro de estilo más clásico que el resto de los muebles.
Junto a la zona de cocina hay un comedor con una mesa también de madera, sillas lacadas en negro y asiento de enea, que dan este toque natural al entorno de lineas rectas. Sobre ella una lámpara de color blanco y cobre, y el conjunto delimitado por una alfombra clara que destaca sobre el suelo gris oscuro. Cuadros en las paredes, una lámpara de pié en la esquina y plantas naturales completan la decoración de este espacio funcional pensado para disfrutar en familia.
Una elegante encimera de granito negro pulido luce sobre la amplia zona de trabajo cuya base ha sido confeccionada a mano en madera de bambú, y mide 120x220cm.
Una parte destacada es la pared de ladrillo que cubre una chimenea de doble cara que también se usa en la zona de estar que está al otro lado de la estancia. Y completando el conjunto dos enormes lámparas negras de Caravaggio P4 Cecilie Manz que cuelgan del techo. ¡Una de nuestras piezas favoritas!
Se han cuidado todos los detalles estéticos incluso en los interiores del mueble, como no podía ser de otro modo teniendo en cuenta la elaboración artesanal de esta pieza central.
Y por último el detalle de alternar en el suelo franjas de madera que hacen mucho más atractiva la zona, restándole oscuridad al suelo. Sin duda una cocina con la que soñar que ponemos en nuestra galería de imágenes favoritas.
Skrevet av Jens. Foto: Lars Kaslov
Vía Bo Bedre