Si hay un motivo por el que Lisboa es uno de mis destinos favoritos es por la cantidad de lugares con encanto que puedes descubrir aunque no salgas a su encuentro. Puedes encontrar la bohemia y la belleza en cada esquina y pasear por sus calles resulta de lo más inspirador.
Visitar la tienda A Vida Portuguesa siempre es una de las citas obligadas en mi agenda tanto en Oporto como en Lisboa, sobre todo para comprar los cuadernos artesanales de las Papelerías Emilio Braga que realizan desde 1918. Pero esta vez no fui a buscarla sino que la encontré por azar.
Después de conocer la tienda de bicicletas Bike POP en el Barrio de Intendente, decidimos hacer una parada en el camino. Mientras tomábamos un plato vegetariano con una limonada en la terraza de O das Joanas que está justo al lado, al alzar la vista de la suculenta quiche de verduras, encontré en letras de forja el nombre de la tienda. Una entrada modesta, un tanto escondida, sin amplios escaparates como la de Oporto, ni tan concurrida como la de Chiado, pero con un encanto aun mayor. Era como encontrar una cueva secreta llena de maravillosos tesoros. Un lugar mágico e inigualable.
Un espacio enorme dividido en dos plantas y con varios ambientes en los que encontrar los productos característicos de esta casa. Telas, ropa, cuadernos, menaje del hogar, gastronomía, perfumería, libros, juguetes… todos y cada uno de ellos con la misma peculiaridad, ser productos de calidad y típicamente portugueses que han recuperado e incorporado a su oferta.
Imposible decantarse por una de las zonas o uno de los productos. ¡Me gustaba todo! Chocolates y galletas con sus envoltorios originales algunos con una antigüedad de más de un siglo. Jabones con su cajitas de cartón, vinos típicos, aceites y sal, bordados artesanales, telas y ropa, juguetes, libros de cuidadas encuadernaciones, carteles antiguos, cestas, maletas, azulejos…
La decoración del espacio, la amable atención de las dependientas, la música que amenizaba la visita, la presentación de los productos, la iluminación, los materiales de suelos y techos… me sentía en un auténtico paraíso…, como en un sueño del que no quería despertar.
No puedo decantarme por una sola zona, pero una de las más originales es la de las latas y conservas. Un claro ejemplo del proyecto que Catarina Portas, su fundadora, ha desarrollado para crear A Vida Portuguesa y que consiste en comercializar aquellas marcas que han sabido mantener sus logos y embalajes de presentación durante décadas, con una finalidad clara, evitar su extinción y potenciar la conservación de su etiquetado original.
Detrás de todo esto hay una ardua labor de investigación, búsqueda y selección, lo que ha dotado a su negocio de personalidad propia, y ha hecho tan popular su marca y sus productos que se venden no solo en Portugal sino en muchas otras ciudades del mundo como París, Nueva York, Londres o incluso Tokio.
Su gran acierto ha sido la amplia oferta y la calidad de todos y cada uno de sus productos, pero sobre todo elegir enclaves típicos portugueses en los que han sabido mantener la idiosincrasia del lugar, aprovechando las luces y sombras de los locales, manteniendo los materiales originales en paredes suelos o techos y recuperando mobiliario antiguo sobre el que presentarlos.
Un meritorio trabajo que me ha impresionado hasta el punto de confesar que como reza uno de los carteles de entrada a la tienda me sentí en la tienda más espectacular que he visto hasta el día de hoy.
Sin duda puede presumir de ser la tienda más bonita de Lisboa…
A Vida Portuguesa
Largo do Intendente Pina Manique 23 1100-285 Lisboa
Texto y Fotografía Original propiedad de Crazy Mary
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Quiero conocerla!!!!! Gracias por tu post!
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Gracias a ti por tu comentario! Es una tienda preciosa.
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